Existen métodos que pueden ayudar a mantener los niveles normales de azúcar en la sangre como parte de un enfoque integral para el tratamiento de la diabetes. Aquí hay algunas recomendaciones y recetas para discutir con su médico:
1. Canela
La canela puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y regular los niveles de azúcar en la sangre.
Receta: Té de canela
1 barra de canela o 1 cucharadita de canela en polvo
1 taza de agua hirviendo
Vierta la canela con agua hirviendo y deje reposar durante 10-15 minutos. Bebe este té una vez al día.
2. Hojas de higo
Las hojas de higo también pueden ayudar a controlar el azúcar en la sangre.
Receta: Infusión de hojas de higo
2-3 hojas de higo frescas o secas
1 litro de agua
Llene las hojas de higo con agua y hierva durante 10-15 minutos. Refrigere y beba un vaso cada mañana con el estómago vacío.
3. Semillas de fenogreco
Las semillas de fenogreco contienen fibra, que puede ralentizar la absorción de azúcar y mejorar el control del azúcar en la sangre.
Receta: Agua con semillas de fenogreco
2 cucharadas de semillas de fenogreco
1 taza de agua
Remoje las semillas de fenogreco en agua durante la noche. Por la mañana, beba agua con el estómago vacío junto con las semillas.
4. Té de jengibre
El jengibre puede ayudar a mejorar los niveles de azúcar en la sangre y aumentar la sensibilidad a la insulina.
Receta: té de jengibre
1 cucharadita de jengibre fresco rallado o 1/2 cucharadita de jengibre en polvo
1 taza de agua hirviendo
Vierta el jengibre con agua hirviendo y deje reposar durante 10-15 minutos. Bebe este té una vez al día.
5. Cóctel de verduras verdes
Las verduras verdes son ricas en fibra y pueden ayudar a controlar el azúcar en la sangre.
Receta: batido Verde
1 taza de espinacas
1 pepino
1 manzana verde
1/2 limón (jugo)
1 taza de agua
Mezcle todos los ingredientes en una licuadora hasta que quede suave. Beba este batido por la mañana o durante el día.
Es importante:
Antes de comenzar a usar cualquier receta o suplemento casero, asegúrese de consultar a su médico. La automedicación puede ser peligrosa, especialmente en enfermedades graves como la diabetes.